La sombra estaba conversando c on Dios y le pedia tener un poco de luz ,las personas temen la oscuridad,el niño llora y busca los brazos de su madre,el soldado teme morir
en la sombra,creyendo que su enemigo esta cerca,ias mujeres no quieren salir solas y
buscan al esposo,al novio,al hermano,solo los ladrones y violadores buscan mi presencia
Dios tomo a la sombra de un brazo y comenzaron a caminar
por las calles del lugar... Mira la plaza dijo Dios las parejas de jovenes no te temen,buscan
tu proteccion y se besan porque nadie los ve ,si tuvieras luz,lo harian, las casas con tantas
luces las tendrian si tu no existieras? Mira,.. Si.. Mira las alcobas que comparten los espo
sos y amantes,desnudas sus pieles,se besan,se tocan,hacen el amor,como les mande
para que la especie humana no se extinga... Mira... Si... Mira el cielo las estrellas como bri
llan,las verian si no estuvieras.. Dime amiga sombra,ve,ocupa tu lugar,comprendes ahora
que im portante que es tu presencia en la tierra,lo comprendes verdad... Asintio la sombra
que despidiendiose de Diosn,ocupo su lugar junto a la noche.
LA SOMBRA
UNA CONFERENCIA SOBRE LA SOMBRA.
Detente, Amor, y os daré una conferencia
sobre la filosofía de la Pasión.
Durante las tres horas de este paseo,
dos sombras, que nosotros mismos producíamos,
custodiaban nuestros pasos.
Pero ahora el sol se alza sobre nuestras cabezas.
Ya pisamos nuestras sombras,
y todas las cosas están bañadas en intrépida luz.
Así, mientras nuestro primer amor crecía,
surgían de nosotros, y de nuestra tribulación;
sombras y disfraces. Pero ya no.
El Amor no ha alcanzado su máximo esplendor
cuando aún debe cuidar de ocultarse.
A menos que nuestros amores permanezcan
en este mediodía, proyectaremos
nuevas sombras hacia el lado opuesto.
Como las primeras, que fueron para cegar a los demás,
estas sombras obrarán sobre nosotros,
y cegarán nuestros ojos.
Si nuestros amores disminuyen,
y declinan hacia el oeste,
falsamente me ocultarás tus actos,
y yo cobijaré los míos.
Las sombras de la mañana desaparecen,
pero estas se alargan con el día,
y ¡Ay, corto es el Día del Amor, si el amor decae!
El Amor es una luz creciente,
o en plenitud constante;
su primer instante después del mediodía es la Noche.
John Donne.
Oscar, saludos y suerte.
Bajo tu sombra, Junio, salvaje parra,
ruda vid que coronas con tus pámpanos las dríadas desnudas,
que exprimes tus racimos fecundos en las siestas
sobre los cuerpos que duermen intranquilos,
unidos estrechamente a la tierra que tiembla bajo su abrazo,
con la mejilla desmayada sobre la paja de las eras,
la respiración agitada en la garganta
como hilillo de agua que corriera secreto entre las rosas
y los labios en espera del beso ansioso
que escapa de tu boca roja de dios impuro.
Bajo tu sombra, Junio,
yedra de sangre que tiende sus hojas
embriagando de sonrisas la pared más sombría,
la piedra solitaria;
Junio, paraíso entre muros, que levantas la antorcha de tus árboles
ardiendo en la púrpura vesperal,
bajo tu sombra quiero ver madurar los frutos,
las manzanas silvestres y los higos cuajados de corales submarinos,
la barca que va dejando por los ríos lejanos sus perfumes,
los bosques, las ruinas,
las yuntas soñolientas por los caminos
y el zagal cantando con un junco en los labios.
Quiero oír el inquieto raudal de los torrentes,
el crujido de las ramas bajo el peso del nido
y el resonante silencio de las constelaciones
entreabriendo sus alas como pájaros espumantes de fuego
al fúnebre conjuro de los nocturnos pífanos.
Bajo tu sombra quiero esperar las mañanas fugitivas de frescura
y los atardeceres largos como miradas
cuando todo mi ser es un canto al amor,
un cántico al amor entregado,
mientras las manos se curvan sobre las espaldas desnudas
y mis párpados se tiñen con el violento jacinto de la dicha.
La noche es movimiento de penumbras
luchando para ser eternas, río
de manos en los cuerpos que divaga
sobre el influjo de la sangre dulce.
Silenciosos, los ángeles nos aman
como aman los caimanes, con la furia
de un sexo desmedido, con lujuria.
La noche es la simiente de los pasos
que aniquilan las luces de los lechos,
y son los cuerpos sombras de esa noche
que dominan la oscuridad tardía.
Silenciosos, los ángeles nos aman
como aman los caballos, con ardor,
reclamando sus alas el perdón.
La piel anhela el roce de las sombras
que se desprenden ávidas, ventiscas
de amores sofocados, tenues nieblas
imposibles de aprehender, limosnas.
Los ángeles nos odian por la carne,
ésa que envuelta en noche se proclama
en la ofrenda del cuerpo que se ama
Mi sombra me acompaña en el camino, Si corro... , me persigue o no la cojo, A veces, entretiene a los chiquillos Antonio Giménez Azcona.
unas veces me sigue, otras me guía,
otras, junto a mi lado, hablar querría,
¡Aunque no quisiera, cual peregrino,
llevarla en esta vida, ese es mi sino!
Cuando la luz es débil o se oscurece,
la sombra siente miedo y desaparece,
¡Mas acompañarme siempre es su destino!
si lentamente ando... , así camina,
si descanso... , descansa la ladina,
si salto... , si me siento... , si me arrojo...,
lo mismo hace ella, que me imita;
¡No puedo separar a la maldita
del cuerpo que se aloja y que me alojo!
con dibujos llenos de fantasía,
pienso que es un genio o duendecillo,
huésped molesto en nuestra anatomía.
Gracias por su aporte Dr. Benigno, no conocía ese poema sobre la sombra, hermoso de verdad
Rosa, gracias por aportar siempre algo al grupo, me encantó el poema.
Hola Judith, me sorprendiste no sabía que escribias poesias, muy bonita. Te felicito amiga

Hola Oscar
Gracias por compartir este bello relato, me gusto mucho!
Saludos a todos!
