A este respecto, él introduce el concepto de “apadrinamiento” o, si lo prefieres en femenino, de “amadrinamiento”. Se trata de aceptar y apadrinar aquellas partes de ti que necesitan de más cariño y cuidados y hacerlo desde tu centro. Su método utiliza el trabajo ericksoniano para profundizar en la conexión contigo mismo, con tu centro y, desde ese lugar, apadrinar y humanizar aquello que sea que la vida te envía en este momento e ir más allá, atravesarlo, para seguir creciendo.
Lo que propone Gilligan es profundizar en la conexión contigo mismo, con tu centro, con esa parte esencial de ti. Esa parte de ti que es más profundamente tú que cualquiera de los roles que interpretas en la vida (el rol de emplead@, el de pareja, etc). Ese centro con el que quizá hayas conectado más fácilmente en algunos momentos concretos de tu vida. Esos momentos en los que te has sentido más relajado, más en paz contigo mismo, en los que has visto más claro… Quizá mientras realizabas alguna actividad deportiva, tal vez mientras dabas un paseo por la playa o una caminata por el campo o mientras hacías meditación o yoga o mientras acompañabas a un moribundo o de alguna otra manera…
En general, cuando tienes un problema, tiendes a salirte de tu centro, de esa zona de equilibrio. Desde allí la visibilidad no es buena. No se detectan las razones, las intenciones positivas, las soluciones. Lo que propone Gilligan es que no cedas tu centro al problema.
En cualquier momento, puedes retornar a tu centro y desde allí mirar y ver la situación con otros ojos, con más claridad. Observar la situación con curiosidad y pregúntate como puedes apadrinar y utilizar eso respetuosamente para ir más allá y seguir creciendo, desarrollándote como persona.
Gilligan parte de la base de que todos los patrones humanos pueden ser utilizados en forma constructiva o destructiva y de que todo comportamiento humano tiene una intención positiva. Beber alcohol o tomar determinadas drogas puede tener la intención positiva de calmar la ansiedad. Tras una copa se produce la relajación y es bueno saber que hay muchas alternativas para llegar a ese estado deseado de relajación. Puedes apoyar esa intención positiva de relajarte y apadrinarla, protegerla, mantenerla. Al tiempo que encuentras otras alternativas que te permiten obtener el mismo resultado de forma no gravosa para ti.