Antecedentes.
La primera experiencia de certificación de competencias laborales en latinomárica se llevó a cabo en México, bajo una normativa que apuntaba a la tercería de parte, es decir que quien otorgaba el certificado, NO está involucrado en la formación, ni evaluación de la competencia.
En Colombia y Chile, se ha seguido este modelo que evita el interés de parte y otorga transparencia a todo el proceso de certificaicón de competencia laboral.
Sin embargo es sabido que esta modalidad es costosa, sobre todo, en el caso chileno, donde por ejemplo, las insitituciones de formación son distintas a la que evalúan el desempeño y la que otorga el certificado. En el caso de las instancias de formación, estas no pueden evaluar ni de manera cruzada, es decir, que un/a facilitador/a forme y otro del mismo plantel (instituto) evalúe, (como se hacía en México hasta hace pocos años).
Actualmente México acaba de cambiar su reglamentación y ha abierto la posibilidad de que los institutos de formación técnica y otros, puedan formar, evaluar y certificar a sus estudiantes/participantes.
Puntos a debatir:
1. La certificación de primera parte (una sola instancia forma, evalúa y certifica) puede garantizar transparencia a través de un sistema de gestión de la calidad.
2. La certificación de segunda parte (una instancia forma y evalúa, y otra instancia certifica) es el justo medio para no encarecer la certificación y otorgar transparencia al proceso.
3. La certificaicón de tercera parte (una instancia forma, otra evalúa y una tercera certifica) es la única modalidad que otorga garatía de transparencia al proceso.