Hoy mas que nunca se presenta una oportunidad magnífica en Ecuador para trascender del discurso o instancia científica a la decisión política; no obstante, ya en este ámbito la firmeza del conocimiento de la realidad se desvanece ante los intereses de mantener la hegemonía o el poder, para finalmente sucumbir al facilismo o practicidad de no discutir ni pensar o repensar sobre los problemas criminológicos, políticos criminales o simplemente de violencia e inseguridad social o ciudadana y optar por la complacencia aparentemente eficaz de propuestas de mayor severidad o duración de las penas privativas de libertad, creación de otros mecanismos de control y represión a problemas sociales que generan las consiguientes conductas que pretende limitar.
La revolución ciudadana, debe aprovechar para cambiar la actitud de la sociedad ante los conflictos que ella genera y diseñar propuestas fácticas que conlleven al cumplimiento de los principios garantizados constitucionalmente como derechos humanos igualitarios, aún en detrimento de la libertad de algunos.