Oliveros señala que los Biopolímeros son bioimplantes derivados de sustancias químicas como silicón más metil metacrilato y se usa para aumento de los glúteos, aumento de pantorrillas, relleno de arrugas o depresiones en el rostro.
Al finalizar el año 2011, el Ministerio de Salud contabilizó 866 denuncias tanto de hombres como mujeres que se han visto afectados por la aplicación de esta sustancia hecha por personas y en lugares que no cuentan con ningún tipo de tratamiento sanitario.
El especialista afirma que debido a la cantidad de personas afectadas que se registran y la recurrencia de los casos, se puede considerar como un problema de salud pública.
“ Las pacientes notan las complicaciones cuando sienten dolor en glúteo, calor y otros síntomas ; para remediarlo empiezan a inyectarse antibióticos y esteroides, pero esos cuadros se repiten varias veces al año, y el paciente no puede pasar toda la vida tomando esteroides”, alerta el especialista.
César Oliveros considera que la solución médica es retirar la mayor cantidad de los biopolímeros de las partes afectadas para eliminar el dolor y evitar que migre a otras partes del cuerpo, a través de una técnica quirúrgica, que consiste en hacer una incisión en el glúteo de 5 centímetros para retirar los biopolímeros del tejido adiposo, del musculo, región lumbosacra (parte baja de la columna) y cadera.
“ En el rostro suele encapsularse más el biopolímero y es relativamente más sencillo extraerlo de la cara que de los glúteos”, aclara.
Clasificación clínica
Oliveros explica que son muchas las consecuencias que trae la aplicación de biopolímeros al organismo, porque lo reconoce como un cuerpo extraño y lo rechaza. Entre las reacciones más comunes se encuentran aumento del glúteo, reacción a nivel cutáneo, dolor, calor, infección con secreción purulenta, embolismo pulmonar, insuficiencia renal y muerte por asepsia.
Oliveros hace una clasificación clínica por grado según la gravedad o complicación de cada paciente. En el grado 1 ubica a quienes se hayan inyectado biopolímeros y no presenten sintomatología de ningún tipo. El especialista recomienda realizar resonancia magnética glútea con técnica STIR, para visualizar la cantidad de biopolímero que se encuentre en estado líquido, su localización y distribución.
Si el biopolímero se aprecia disperso y en poca cantidad, no se requiere de ningún procedimiento; en contraposición si existe gran cantidad de biopolímero, y se extiende hacia tejido muscular adyacente y/o se encuentra concentrado en áreas especificas en el tejido celular subcutáneo, estaría recomendada la cirugía para su extracción, con el fin de evitar complicaciones futuras y la posibilidad de migración a otras zonas del cuerpo.
Explicó que el grado 2 se relaciona a los pacientes que presenten dolor o ardor glúteo, enrojecimiento y cambios de coloración cutánea, endurecimientos e irregularidades glúteas a los meses o años de haberse inyectado.
A su juicio, se debe realizar resonancia magnética glútea con técnica STIR y proceder según el resultado radiológico y descartar además una complicación infecciosa local.
En el grado 3 clasifica a los pacientes que hayan presentado salida espontánea del biopolímero a través de un orificio en la piel . Se indica la resonancia magnética, cultivos bacteriológicos de la secreción y se procederá de acuerdo a los resultados radiológicos, microbiológicos y al cuadro clínico de la paciente. Mientras que los pacientes que presente migración del biopolímero a región lumbar, piernas, pantorrillas, tobillos, región inguinal o a otras localizaciones se consideran en grado 4 .
Se indica la realización de resonancia magnética con la finalidad de visualizar la cantidad, distribución y localización del biopolímero, de acuerdo a lo cual, se procederá a la cirugía para extraer la mayor cantidad de biopolímero migrado, así como del biopolímero en región glútea y así prevenir futuras migraciones.
Especifica en el grado 5 a los pacientes que presenten en el transcurso de la primera semana posterior a la inyección del biopolímero: dificultad para respirar, fiebre, escalofríos, mal estado general, dolor torácico, enrojecimiento, dolor e inflamación glútea, y retención urinaria. Se tratan de complicaciones del biopolímero a nivel respiratorio, renal y/o sistémico.
Considera que en este caso el paciente deberá ser hospitalizado de manera urgente y ser tratado por un equipo multidisciplinario que le practique una cirugía, con el objetivo de evitar la migración del biopolímero hacia otras zonas corporales, disminuir la ingesta de antibióticos y esteroides, así como, suprimir los episodios de dolor e inflamación repetitivos.
Oliveros reitera que puede quedar depresión local, dependiendo del tejido afectado y de su profundidad, que posteriormente podrá ser corregida junto a la cicatriz desde el punto de vista estético.
“Debido a que parte del biopolímero puede encontrarse intramuscular, la liposucción asistida por laser no se ha demostrado eficaz en estos casos, por lo que la técnica mayormente utilizada y que ha dado los mejores resultados es la cirugía abierta, la cual permite una mejor visualización, palpación del tejido afectado y retiro del material de biopolímero en todas las áreas en las que se encuentre, como, glúteos, caderas, región lumbar, pantorrillas, y otras zonas corporales”, precisó el especialista.